El sueño de una joven familia que cambió la ciudad para instalarse con su proyecto en uno de los sectores más bellos del Valle de Colchagua. Eso es Casona Le Provence, que recibe a sus pasajeros con el calor de hogar y la intimidad que le da estar rodeada de viñas, frutales y predios. Vivir la experiencia es simplemente un privilegio.
POR MELISSA QUIROGA | FOTOGRAFÍA CLAUDIA MATURANA N.
Al igual que la fértil geografía de la región francesa que inspira el relato de esta propuesta turística ubicada en el sector de San Gregorio, comuna de Nancagua, la naturaleza, los grandes jardines que la circundan y la paz que reina en este lugar, la convierten en un interesante atractivo. Esa atmósfera es la que define a Casona Le Provence, una casa de campo que dos santiaguinos convirtieron en el alojamiento perfecto para quienes buscan una desconexión absoluta del ruido y el estrés de la ciudad, da la bienvenida a sus visitantes con una entrada de palmas chilenas y frondosa vegetación en sus 4000 m2.
SUS ANFITRIONES
Liz Arrepol y Óscar Martín, junto a sus hijos Sebastián (10) y Celeste (1), se vinieron al valle arrancando de la vorágine capitalina con un proyecto en mente: emprender. Encontrar su lugar en la vida, “nuestro lugar”, como lo llaman, y lo hicieron con una rapidez sorprendente. En enero de este año, se mudaron a la Casona y sólo dos semanas después habilitaron las instalaciones con el mejor servicio que la experiencia laboral previa les dejó: a Óscar, como bartender en el demandante rubro de la gastronomía y la vida nocturna en Santiago; y a Liz, como secretaria bilingüe –por años– en empresas multinacionales con un alto estándar de exigencia. De ahí que la calidad y rigurosidad en la atención sean dos de sus mayores atributos.
Aquí no existe el check in o check out, la idea es que haya paz. El desayuno es cuando la persona despierta. “Descanse, duerma tranquilo, el check out hágalo cuando usted estime conveniente, aproveche las instalaciones y váyase feliz”, es el mensaje que transmiten a sus huéspedes.
LAS INSTALACIONES
Además de sus bien cuidados jardines, Le Provence cuenta con una piscina al aire libre y una construcción de 400 m2 en los que se distribuyen cinco cómodas habitaciones dispuestas para sus pasajeros con especial cariño y comodidad, suficientes –señalan categóricos sus dueños– para brindar la intimidad que los huéspedes esperan encontrar. Y fiel a este principio, los dormitorios no tienen televisor, “porque aquí se viene a descansar, a respirar y compartir”, argumentan, lo que permite crear un ambiente familiar y acogedor, en sus dos salas de estar, donde las personas pueden reposar, leer e incluso entretenerse con juegos de mesa para todas las edades.
En la Casona cada cuarto tiene su encanto. Hay una habitación familiar con baño privado, vista al jardín, la piscina y el corredor; otra para un matrimonio con un hijo menor de 12 años; y tres que son dobles con camas individuales. Éstas últimas, se ubican en la segunda planta y desde sus balcones se observan de forma privilegiada los campos en torno a la propiedad. “Estamos rodeados de predios, no tenemos vecinos, por lo cual complacerse del silencio está garantizado. En los atardeceres, gozas con el contraste de colores de la puesta de sol con las plantaciones de duraznos, cerezas y viñas. Es una maravilla”, destaca Liz.
PARA TODOS LOS GUSTOS: COMIDA RICA Y RELAJO
El alojamiento incluye un generoso desayuno campestre en un mesón instalado en el típico corredor de casa de campo, ese espacio intermedio que suaviza los embates del sol en verano y protege de la lluvia en invierno. Ahí todos comparten las delicias que prepara Liz con dedicación y sin el apuro del tiempo. “Aquí no existe el check in o check out, la idea es que haya paz”. Por eso, explica, el desayuno es cuando la persona despierta. “Descanse, duerma tranquilo, el check out hágalo cuando usted estime conveniente, aproveche las instalaciones y váyase feliz”, es el mensaje que transmiten a sus huéspedes.
Y para que la estadía sea realmente distinta, Liz aplica los conocimientos de sus tres años de estudio para terapeuta de Ayurveda, medicina tradicional india, específicamente en la alimentación. “Para mí, lo que la persona coma define su estado de salud, por lo tanto aquí las mermeladas son reducidas en azúcares y yo las preparo. La mantequilla es de campo con 100% leche de vaca; me preocupo de buscar un proveedor de huevos local; las frutas se comen de un tipo a la vez, y el pan prontamente será de masa madre”, detalla.
Además, se encuentran planificando una carta que incluye un menú ayurvédico, con lo cual quieren diferenciarse de los otros alojamientos de la zona. “Quiero que me conozcan como la terapeuta ayurveda que cocina con los cinco sabores, con comida cálida, que da satisfacción y produce felicidad”, sumando masajes de esta medicina india y una sesión de reiki que complementaría la experiencia.
“Aquí no sólo pueden venir parejas o familias, también recibimos a grupos de amigos que de manera privada quieran disfrutar de la casa. Montamos el mesón, preparamos la parrilla para que cocinen sus carnes y les damos clases de coctelería para que se vayan con un plus”, asegura Óscar.
LOS ALREDEDORES
Casona Le Provence cuenta con socios estratégicos como Viña Viu Manent, elegida como el Mejor Centro Enoturístico del Mundo por la Revista Británica Drink International en el concurso Wine Tourism Challenge 2018; el restaurante de comida típica chilena Delicias de Colchagua; el Outlet de Vinos donde los huéspedes podrán encontrar descuentos especiales, y el servicio de E-bike, para recorrer pedaleando las principales viñas del sector de Apalta, como Montes y Neyén.
Para vivir y disfrutar la experiencia de esta casa de campo, solo deben dirigirse a Parcela 5 San Gregorio, comuna de Nancagua. Sus reservas al número +56 9 85394348, y en Facebook e Instagram: Casona Le Provence B&B.