Matanzas: Destino que marca tendencia
En toda época del año, siempre es bienvenido un break. Playa, bosque y campo son las postales que ofrece este lugar lleno de magia que cada vez conquista más adeptos en la costa de la comuna de Navidad. Así es que arránquese por un fin de semana o aproveche las vacaciones de invierno, para relajarse viendo mar y naturaleza en plenitud, en un destino donde podrá comer rico, alojarse cómodamente o disfrutar de los espectáculos que ofrece la práctica del kite y windsurf.
Bueno, ¿se convenció? Si es así, tomó una excelente decisión, pues en Matanzas podrá caminar por una linda playa, conocer nuevos paisajes, practicar deportes náuticos y tomarse una copa viendo el horizonte costero, en un territorio que no deja de sorprender, a sólo dos horas y media de Santiago y a pocos kilómetros de San Fernando, Santa Cruz y otras ciudades de la región.
por Erika Allendes R. | fotografía Claudia Maturana N., Patricio Chandía M.
Hace 15 años, esta localidad costera de Navidad no marcaba una fuerte presencia en el radar del turismo. Hoy es tendencia, al ser visitada por sus atractivos que la posicionan como una experiencia enigmática, un sitio fascinante y placentero para el descanso y la desconexión, que se conjuga con la posibilidad de encontrarse con olas de gran altura y con vientos perfectos para el windsurf y el kitesurf.
Definirla resulta entretenido, porque hay aventuras, vida en familia y un sinfín de panoramas para deleitarse en las diferentes temporadas del año, provocando incluso que muchos que venían por un fin de semana, hayan decidido radicarse para siempre. Sus acantilados que regalan vista franca al mar, su bella playa rodeada de bosques, más su oferta gastronómica y hotelera, están consolidando a Matanzas como un potente destino turístico.
GASTRONÓMICO Y DEPORTIVO
Uno de los impulsores y fundador de toda esta corriente por redescubrir y dar una puesta en valor a esta zona, es el empresario turístico Héctor Cardone, dueño de OMZ Olas de Matanzas, que ofrece a sus pasajeros, casas de campo con arquitectura contemporánea, spa y un restaurante.
En este espacio, disponen de diferentes servicios como escuela de surf, canchas de tenis y un bike park, apto tanto para niños como para adultos. “El bike park está hecho entre un bosque de pino y tiene distintas líneas de complejidad, porque hay gente que está aprendiendo, y hacen bajadas un poco más fáciles”, agrega Cardone.
Además, está la posibilidad de realizar cabalgatas que permiten maravillarse con una imponente geografía. “Tenemos cabalgatas, con recorridos que pasan por un bosque de pino, después hay un ascenso al cerro, para luego bajar hacia la playa del sector de la Vega de Pupuya. Durante el regreso, transitan por una gran duna, que los regresa a nuestro complejo. En total, es una hora y media de trayecto”, explica Héctor. De su propiedad también es el Restaurante Marvento, emplazado junto a OMZ, que en su carta dispone de frescos productos del mar, diversas opciones de pizzas, ensaladas, salsas y helados artesanales.
A pocos metros y con una ubicación privilegiada se encuentra el Hotel Surazo, cuya arquitectura rescata materialidades del entorno y se plantea con una interesante estética natural. Muy visitado por deportistas y quienes gozan de la buena hotelería, el lugar ofrece distintas alternativas para hacer de su estadía un completo agrado. Uno de sus dueños es el chef y otrora campeón sudamericano de windsurf (2009), Andrés Tobar. Su mesa es reconocida por enfocarse en la escuela culinaria francesa, en la que incorpora productos de pescadores y pequeños agricultores locales.
Surazo además es conocido por sus fiestas y sus imperdibles sunset en la playa, oportunidad en que los visitantes gozan de los atardeceres disfrutando de un cóctel o una cerveza, en torno a fogones que se instalan en la arena. Asimismo, existen servicios de arriendo de bicicletas, trajes y tablas de surf.
La Vega de Pupuya
En este sector ubicado a unos 5 km. de Matanzas, se encuentra Márola Restaurant. Su cocina mediterránea con guiños internacionales y vista al mar aseguran un deleite a los sentidos. Entre sus preparaciones, se pueden encontrar salteados thai, ceviches, tablas, ensaladas y otros productos del mar. Acerca del origen de Márola, Héctor Sepúlveda, uno de sus socios comenta que “llegaron muchas personas atraídas por las cualidades del sector para practicar deportes náuticos, Matanzas ya se estaba quedando chico, y se dio la necesidad de entregar el servicio que nosotros ofrecemos, precisamente a esos deportistas”.
Su arquitectura es otro de sus encantos. Inspirada en no entorpecer la belleza natural del sector, en su construcción se utilizaron materiales que dialogan con el entorno y entregan una sensación de calidez y regocijo. Asimismo, posee grandes ventanales que permiten una panorámica envidiable, sobre todo cuando se trata de observar la puesta en escena de los windsurfistas y kitesurfistas en el mar. La variedad culinaria y la hermosa vista al mar, son su sello característico.
A un costado de este restaurante, está la Lobera Club House. Su dueño es Juan Pablo Tagle. En el recinto, encontramos un restaurant que permite apreciar en primer plano, el colorido que ofrecen los paracaídas del kitesurf. Tagle nos indica que “lo más requerido por nuestros comensales es el ceviche. Junto a ello, tenemos otras opciones como carnes rojas, pastas, ensaladas y diferentes tragos”.
En la actualidad también funcionan como un club de windsurf y kitesurf con camarines, arriendo de equipo y duchas. Todo este polo gastronómico y turístico que se genera en torno a Matanzas y La Vega de Pupuya, se debe a los férreos admiradores de los vientos y el característico oleaje de su playa.
Sin duda la extensa costa de Matanzas y La Vega de Pupuya, tienen cuento, y junto con ello, también la capacidad de recibir a quienes quieran disfrutar de un panorama que propone desconexión, aventura y variedad gastronómica.