RODRIGO GUERRERO ROMÁN: ENTRE AGUA Y GRANELES
El especialista en materia de regularización de Derechos Aguas, con un post título en Derecho Empresarial en la Escuela de Negocios de la Universidad de Talca, ha sabido diversificarse y concretar un pequeño emprendimiento que anhelaba hace bastante tiempo: producir uvas viníferas para venderla a terceros. Siendo ya entrevistado por Peperina, esta vez quisimos conocer su punto de vista sobre el uso de las aguas, el secano, y las uvas que se convirtieron en su nueva pasión.
El 2016, una noticia remeció el medio vitivinícola chileno. Quizá no con la gracia y garbo que todos esperaban. Una botella de La Moneda Reserva Malbec, fue escogido por el medio británico especializado de vinos, Decanter, como el mejor en su categoría por bajo las 15 libras (casi 4 mil pesos chilenos). Era un vino a granel, envasado y distribuido por un supermercado.
La etiqueta en cuestión, expuso una actividad de la que pocas veces se habían extendido crónicas: el comercio granelero, en el que juegan factores variables como el precio de las uvas y las necesidades de otros mercados. Muchos actores, no importando su actividad, quieren jugar en estas lides. Uno de ellos es nuestro entrevistado, el abogado Rodrigo Guerrero, profesional que se ha especializado en Derecho de Aguas, y quien nos habla de la cultura en la zona en torno a este recurso, la protección de las denominaciones de origen y su proyecto familiar, en el cual la uva a granel es la protagonista.
Desde el centralismo el agua se traduce como un bien de fácil acceso, abundante, cotidiano. En medio del secano de Cardenal Caro y parte de Colchagua, la sola entonación de esta palabra cobra otro significado. Conversando con Rodrigo Guerrero, es inevitable no tocar un tema que a vuelo de pájaro parece un contrasentido: Marchigue: pese a su limitación en cuanto a recursos hídricos, se instala como la segunda zona con mayor superficie de viñedos en la Región de O’Higgins, cubriendo un total de 4.433 hectáreas.
Guerrero subraya en el correcto aprovechamiento del recurso. “Partamos de la base que esta es una zona de secano, versus las de riego, donde se abastecen principalmente por aguas superficiales. Distinto en Marchigüe, que lo hace por aguas subterráneas. Si hacemos una ecuación entre la cantidad de recursos hídricos y la superficie cultivada con uvas viníferas, veremos que existe un correcto aprovechamiento del recurso, ya sea a través de riego tecnificado o controlado. Para estar segundos a nivel regional, sólo con aguas subterráneas, podemos hablar de eficiencia en su utilización por parte de los vitivinicultores”.
Los viticultores de la comuna y zonas aledañas al secano, han sido críticos cursos fluviales. Uno de los factores visibles, es que la mayoría de los afluentes desembocan en el mar.
Según el abogado, existe un desaprovechamiento que, según estadísticas, bordea un 70 a 80%. Pero la reflexión –indica–, debiese ser “bastante más profunda, estableciendo una visión económica para hablar dentro de un futuro próximo. Un ejemplo. El agua se presenta en tres estados: sólido, líquido y gaseoso, y bajo esta premisa, ¿puedo inscribir las nieves de la cordillera?”, sostiene Guerrero Román, quien nos plantea una segunda observación.
“El agua que escurre por el desagüe de su lavaplatos -por la que usted pagó y se desecha-, ¿se puede vender a una empresa para que la reutilice en cultivos? Entonces, así como particulares instalan granjas solares para descontar dinero suministrando energía al sistema interconectado, usted podría perfectamente vender su agua para que la reutilicen otras empresas”, señala.
SIEMPRE NOS GUSTÓ LA IDEA DE COMPLEMENTAR NUESTRAS ACTIVIDADES Y TIEMPO COMO FAMILIA, CON ALGÚN CULTIVO QUE NOS DIESE RENTABILIDAD, QUE NO FUESE UVA DE MESA. A RAÍZ DE ESTO, PLANTAMOS CABERNET, TINTORERA, Y ESTAMOS A LA ESPERA DE UN MERLOT.
De especialista legal en recursos hídricos y Juez de Policía Local, se suma a la actividad vitivinícola. Es interesante, al menos desde esta vereda, ver cómo se complementa con esta actividad e inicia un viñedo familiar.
Sí. Son hectáreas que junto a mi señora, Andrea Lucero, proyectamos para cultivar. Siempre nos gustó la idea de complementar nuestras actividades y tiempo como familia con algún cultivo que nos diese rentabilidad, que no fuese simplemente uva de mesa u otro que pudiese complicarnos en nuestras actividades diarias. A raíz de esto escogimos uvas viníferas. Para eso plantamos Cabernet, Tintorera, y estamos a la espera de un Merlot.
Muy pocos declaran tener la variedad tintorera, cepa de muy baja graduación alcohólica y ampliamente utilizada para dar tinte y color a los vinos. A varios les gusta obviar que la tienen dentro de sus viñedos.
La tintorera es un buen negocio, tiene un nicho en la elaboración de vinos de calidad. Pero aquí va el trasfondo y reflexión. Existen las denominaciones de origen. Muchos vinos a granel utilizan tintorera para mejorar la uva de mesa que circula con certificado de denominación de origen. Eso no puede ocurrir. Debiese existir mayor fiscalización por parte de la autoridad administrativa. De todas formas, se entiende que hay mercados distintos, no todos tienen el mismo capital para adquirir un cabernet de alta gama; el granel va dirigido a ese público que no puede obtener esos productos. ¿Pero qué ocurre con el prestigio del país y de la denominación de origen? Ese es el punto.
¿Cuánto afecta el estar inmerso en el granel y someterse al constante vaivén del precio de las uvas?
Con respecto al precio, las autoridades debiesen ponerle el ‘cascabel al gato’. Acá hay dos claros conflictos: la competencia desleal, en cuanto a qué uvas se utilizan y comercian para hacer vinos; y el segundo, es que tres actores o empresas fijan el valor de esas uvas, lo cual es una falla del mercado. Por eso nos sometemos a años buenos y años malos. Destaco ejemplos de pequeñas y viejas viñas tradicionales de la zona, que viven fuera de esa esfera de eterna competencia, como Viña Macaya, que produce sus vinos y no se ha abierto a la producción masiva o a entrar en ese juego.
Volviendo a las denominaciones de origen y su protección. Hay un problema que podríamos agregar y que va en claro desmedro de su reconocimiento. Hemos visto cómo en gran parte del Valle de Colchagua, comienzan a instalarse condominios y parcelas de agrado, las que merman suelos agrícolas y compiten por recursos hídricos. ¿Qué opinión tiene al respecto?
En Francia, a nadie se le ocurriría instalar una parcela de agrado cerca de una zona con denominación de origen. Es prohibitivo en términos económicos y culturalmente inaceptable. Me parece grave, pues están destruyendo el campo chileno. Hay un claro desmembramiento de los suelos agrícolas que no se protegen.
EN FRANCIA, A NADIE SE LE OCURRIRÍA INSTALAR UNA PARCELA DE AGRADO CERCA DE UNA ZONA CON DENOMINACIÓN DE ORIGEN. ES PROHIBITIVO EN TÉRMINOS ECONÓMICOS Y CULTURALMENTE INACEPTABLE. ME PARECE GRAVE, PUES ESTÁN DESTRUYENDO EL CAMPO CHILENO.
Volviendo a las denominaciones de origen y su protección. Hay un problema que podríamos agregar y que va en claro desmedro de su reconocimiento. Hemos visto cómo en gran parte del Valle de Colchagua, comienzan a instalarse condominios y parcelas de agrado, las que merman suelos agrícolas y compiten por recursos hídricos. ¿Qué opinión tiene al respecto?
En Francia, a nadie se le ocurriría instalar una parcela de agrado cerca de una zona con denominación de origen. Es prohibitivo en términos económicos y culturalmente inaceptable. Me parece grave, pues están destruyendo el campo chileno. Hay un claro desmembramiento de los suelos agrícolas que no se protegen.
¿Y cuál considera, sería una solución viable a esta problemática presente en la mayoría de las comunas de la Región?
Considero que, así como existen terrenos que se regulan y protegen para el desarrollo de la industria forestal, debiésemos proteger los suelos agrícolas, regular su uso y crear un plan regulador para tales fines. Se necesita crear una reforma, y que las instituciones crean en ellas y en su regulación. La idea no es estar en contra del desarrollo inmobiliario, pero debemos considerar que estamos cediendo terreno a parcelas de agrado, donde uso de suelo y agua compiten. Por otra parte el agua y los cultivos también son temas sensibles. Compites por superficie y riego, y existe una constante desconfianza ante estos hechos, o mejor dicho, todos se encuentran a la expectativa de qué hace el resto con el agua. Por ende, lo importante no es lo que plante tu vecino, sino cuánto del recurso hídrico utiliza o mal utiliza. Y de esto último, lamentablemente, hay muchos casos
POR ALVARO TELLO / FOTOGRAFÍA CRISTHIAN CERDA C.