Esta fiesta se ha convertido en uno de los atractivos más importantes en la agenda del enoturismo nacional y, por ende, en un factor relevante que impacta en la comunidad desde diversos ámbitos, siendo el más preponderante el flujo de turistas que la ciudad recibe. La gestión de la actual administración municipal, encabezada por su alcalde William Arévalo, ha potenciado esta iniciativa, considerándola una plataforma de alto impacto que fortalece el tejido socioeconómico de la comuna, su oferta y los emprendimientos que se generan en torno a ella.
POR PATRICIO MORALES L., MATÍAS SAN MARTÍN H. | FOTOGRAFÍA CLAUDIA MATURANA N.
El desarrollo de eventos culturales constituye una serie de positivos alcances para la comunidad. Incentivan la recuperación del patrimonio y permiten reforzar la identidad local, impulsando, a la vez, un auge económico. Bajo este contexto, cobra especial relevancia la organización de la Fiesta de la Vendimia de Santa Cruz, cuyo objetivo es la promoción de una propuesta que involucre y potencie a los diferentes actores de los rubros asociados al turismo, tanto en la hotelería y la gastronomía, así como a diversos emprendimientos específicos que subyacen de ésta.
La Ilustre Municipalidad de Santa Cruz, por medio de su alcalde William Arévalo y su Concejo Municipal, ha gestado las condiciones para fortalecer el dinamismo de una microeconomía propiciada por decenas de personas que ven, durante esta fiesta, una oportunidad para seguir surgiendo mediante los beneficios asociados al flujo de miles de visitantes y amantes del vino.
En efecto, según datos del municipio, se estima que esta actividad congregó un total aproximado de 160 mil asistentes, quienes se prevé destinaron –durante los tres días de programa– un promedio de $20 mil por persona, considerando los ítems de hospedaje, alimentación, entretención, estacionamiento, artesanías, tickets de vinos y botellas, entre otros. A esto, se agrega la mayor empleabilidad de personal para servicios de aseo, hotelería, cocinería, transporte y contratación general de distintos rubros; sumatoria que arroja un saldo superior a los $3.200 millones en transacciones. Sí, leyó bien, $3.200 millones en transacciones. Tome calculadora, saque cuentas y analice.
De igual forma, su implicancia también redita hacia otras esferas. Por una parte, ha sido referente para la realización de nuevas vendimias en diversas comunas de O’Higgins, y por otra, ha permitido que nobles instituciones como Bomberos, en la figura de sus compañías santacruzanas, también se beneficien. Un ejemplo de esto, es la destinación a sus arcas del 20% de los fondos recaudados por concepto de corte de entrada para los shows del estadio municipal; asimismo, se les asignó el cobro de parquímetros en sectores no licitados, dineros que serán de gran utilidad para la operatividad de sus servicios.
La Vendimia de Colchagua, según detalla el alcalde Willian Arévalo, “representa una valiosa oportunidad de progreso, donde acercamos una actividad productiva con carácter cultural a gran parte de la población, tanto de Santa Cruz como de Colchagua y Cardenal Caro, lo que implica generar expectativas en común entre la comunidad, el hotelero, los empresarios gastronómicos y operadores turísticos”.
Del mismo modo, Arévalo manifiesta sentirse “plenamente convencido de que los santacruzanos dimensionan el impacto de este evento, cuya realización supone, además, un tremendo desafío que nos exige seguir expandiéndolo no tan sólo en Chile, sino también al extranjero. En esta versión y otras anteriores, hemos recibido delegaciones de México, Indonesia y Ecuador, las que nos han acompañado con muestras de su cultura y respectivos destinos turísticos, incentivando un intercambio muy enriquecedor y que establece conexiones con potenciales visitantes internacionales”, expresa el jefe comunal.
A continuación, dos casos de significativa repercusión social detonados a partir de esta celebración.
La Vendimia de Colchagua, según detalla el alcalde Willian Arévalo, “representa una valiosa oportunidad de progreso, donde acercamos una actividad productiva con carácter cultural a gran parte de la población, tanto de Santa Cruz como de Colchagua y Cardenal Caro”
CENTRO DE CUMPLIMIENTO PENITENCIARIO SANTA CRUZ
Desde hace 11 años aproximadamente, los internos del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Santa Cruz, han contado con una serie de talleres socioeducativos enfocados en su reinserción social, sobre todo, para aquellos dispuestos a superarse, dedicando sus tiempos de reclusión, a aprender nuevos oficios. Esto ha sido posible gracias a un proyecto financiado por el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, recursos invertidos para la “ejecución de cursos de artesanía en cuero, género y cerámica, permitiéndonos tener una nueva oportunidad de crecimiento”, comenta Carlos Iturriaga, ex recluso reinserto como artesano en cerámica.
Para potenciar el trabajo desarrollado por estas personas, el alcalde Arévalo ha dispuesto de un espacio en la Fiesta de la Vendimia, con el objetivo de que comercialicen sus creaciones y proyecten su negocio. “Al principio sólo existía el boca en boca de los clientes, pero ahora, con esta oportunidad que nos brinda el alcalde, contamos con nuestro punto de venta más importante del año, donde se generan recursos vitales para creer y pensar en una futura reintegración en la sociedad”, concluye Iturriaga.
PANADERÍA Y PASTELERÍA BECERRA
“En la calle Cancino, ocho puestos gastronómicos, mi stand con un toldo blanco, un mesón y un lavamanos, esos eran los elementos con los que contábamos en la primera Vendimia por allá en el año 1999”, recuerda la ex docente Angélica Becerra, quien considera esta iniciativa como un trampolín comercial para su panadería y pastelería, con la que ha devuelto el protagonismo a los productos preparados en base a quínoa, típicos del secano costero.
El inicio de su emprendimiento no estuvo exento de sacrificios, pero gracias al apoyo del municipio santacruzano, y la gestión de su alcalde, pudo hacer uso de los beneficios y oportunidades que entrega esta gran vitrina, logrando un crecimiento sostenido en capital e implementos de cocina, que hasta hoy siguen dando frutos.
“Al principio sólo existía el boca en boca de los clientes, pero ahora, con esta oportunidad que nos brinda el alcalde, contamos con nuestro punto de venta más importante del año, donde se generan recursos vitales para creer y pensar en una futura reintegración en la sociedad”, concluye Iturriaga.
Con respecto a lo mencionado, Angélica enfatiza: “Empecé con el refrigerado, la cocina y la loza de mi casa. Ahora, tengo cinco hornos, varias máquinas de frío y casi todos los utensilios que necesito para cocinar. Esta festividad me ha dado las armas que me faltaban para surgir y consolidarme en mi negocio. Incluso, me ha servido para expandirme a mi otro emprendimiento relacionado a los servicios banqueteros”.