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Mary Luz Bozo: La recompensa de un voluntariado

Su incansable compromiso con el bienestar de la comunidad se refleja en su voluntariado en el Hogar San José de la Montaña de Santa Cruz, donde dedica tiempo y esfuerzo para aportar a la calidad de vida de los adultos mayores. Como profesional de extensa trayectoria en la salud pública, se ha destacado por su enfoque humano y ético, siendo reconocida por prestigiosas instituciones, como la Logia Masónica Adeodato García Valenzuela, el Rotary Club de Santa Cruz y la Asociación Chilena de Municipalidades. Desde la salud hasta la acción social, su labor solidaria es un ejemplo de compromiso y vocación al servicio de quienes más lo necesitan.

ENTREVISTA PATRICIO MORALES L. | TEXTO Y REDACCIÓN PABLO ARAYA V. | FOTOGRAFÍA CLAUDIA MATURANA N.

 

Sin dudar, viendo como a muchos les cae la realidad encima con toda crudeza, decidió jugársela, haciendo carne el efecto mariposa, actuando rotundamente para generar consecuencias positivas, en la salud pública y con su voluntariado en el Hogar San José de la Montaña de Santa Cruz. Observando con ternura a los adultos mayores que allí residen y aportando a mejorar su calidad de vida, llama a hacerse socio de este hogar.

Mary Luz Bozo Canseco, es ma­trona, directora del Centro de Salud Familiar de Santa Cruz, ingeniera en Gestión Pública, magíster en Bioética, está ad portas de titularse como doc­tora en Salud Pública y su carrera la ha ejercido con entrega en Colchagua. Sin ambigüedades, su declaración de principios es “valorar a las personas en su in­tegralidad”, con el salario emo­cional de la sonrisa del paciente.

IMPRONTA SOLIDARIA

Como santacruzana, ¿cómo per­cibe esta ciudad hoy, en compara­ción a la del pasado?

Éramos una comuna pe­queña, con población predomi­nantemente rural. Hoy cuenta con mayor crecimiento urbano, con importante presencia de migrantes y es más turística. Se extraña la vida de barrio. Antes todos nos saludábamos y com­partíamos más, ojalá eso se re­cupere. La población de adultos y adultos mayores es mayor a la infanto-juvenil y sobre todo personas de Santiago, vienen a buscar mejor calidad de vida. Personas que se jubilan, también vienen a vivir aquí.

Hablando de adultos mayores, cuéntenos de su experiencia como voluntaria en el Hogar San José de la Montaña de Santa Cruz.

Mis padres, con su ejemplo, nos enseñaron a mis hermanas y a mí, a ser solidarias. Estudié en el Instituto María Auxiliadora de Santa Cruz y nos potenciaron la impronta de ayudar a los demás. Esa ha sido mi motivación para trabajar en el servicio público y en voluntariado, en este caso, para el Hogar de personas ma­yores San José de la Montaña.

Parte importante de quienes residen ahí, son de­pendientes y el costo para atenderlos es altísimo. Según el reporte del Observatorio del Envejecimiento, en 2023, el costo de acoger una persona institu­cionalizada dependiente severa, era de $1.350.000. Santa Cruz es una de las zonas que más en­vejece en la región. En el hogar, trabajan arduamente religiosas de la congregación Madres de Desamparados, profesionales y cuidadoras, para dar atención in­tegral a los adultos mayores.

Los voluntarios colabo­ramos los fines de semana en pequeñas actividades, lavamos platos, damos alimento a quien no puede hacerlo por sí mismo, producto de alguna condición de salud. También, coordinamos actividades entretenidas para ellos. Hay adultos mayores muy tristes porque no reciben visitas, existe mucha soledad. Ellos es­peran a los voluntarios, hablan con ellos, salen a pasear. Me hace feliz ser voluntaria. Es algo bien sencillo, pero las personas lo valoran. Aprovecho de agra­decer y reconocer la valiosa labor de los voluntarios.

¿Cómo se puede apoyar la labor que realiza el hogar?

Puedes hacerte socio del Hogar San José de la Montaña de Santa Cruz, con un aporte men­sual. Necesitan apoyo, porque 41 adultos mayores viven ahí. También, llamo a ser voluntario o voluntaria, a entregar de tiempo y cariño a los residentes, un sá­bado o domingo, de 12:15 a 13:15 horas. Es sólo una hora. Se piensa que es una residencia particular, porque ven una edificación tan bonita, pero es un hogar sin fines de lucro, que no discrimina por religión o condición socioe­conómica. Reciben recursos pú­blicos y de los residentes, pero son insuficientes para todas las tareas que realizan.

Es valioso contar con una mayor oferta de estrategias como apoyo al cuidado en el hogar, con dispositivos para el cuidado diurno y de larga estadía, como es el del Hogar San José de la Montaña. La residencia tiene una creciente lista de espera.

DILEMAS ÉTICOS

Pasando al ámbito profesional, ¿cuál cree que es el estado actual del servicio público de salud?

Somos un equipo de salud a cargo de la Atención Primaria de la comuna, administrada por el municipio. Nos caracteri­zamos por otorgar un servicio en constante mejora, cercano a las personas, las familias y la comunidad. Nos hemos ocu­pado en lograr una atención que sea de tan alta calidad, como la del sistema privado. Cuando las personas pueden optar en salud, en general re­ciben mucho más de parte de los centros de salud públicos. El sistema público se preocupa de las personas y las familias. Si el paciente no acude a los con­troles, seguimos contactándolo para que se reincorpore.

Dar, entregar a otro, implica retribución inmediata, es el sa­lario emocional de nuestro tra­bajo en el servicio público. Que las personas se vayan contentas o te den las gracias, vale tanto o más que el sueldo que recibes. Para mí es muy importante va­lorar a las personas en su integralidad, hace la diferencia en el enfoque de cuidados en salud.

El sistema de salud vive las consecuencias postpandemia, con alto impacto en la resolución de listas de espera. Se tienen al­gunos problemas respecto a co­bertura. Sobre todo, por déficit de especialistas en la red. Es lo que más sienten las personas con un diagnóstico como el cáncer, por ejemplo. También, se producen tiempos de espera mayores a los anteriores, para resolver una ci­rugía. Se hacen grandes esfuerzos, mas no han sido suficientes para cerrar las brechas que dejó tres años de pandemia.

Hay señales de mejora en el ámbito de políticas públicas, sobre cuidados paliativos para pacientes con enfermedades muy agresivas no cáncer. Contamos con un programa integrado por médico, enfermera, psicólogo, nutricionista y kinesiólogo, que otorgan atenciones integrales en domicilio al paciente y al cuidador. Proyectamos para este año forta­lecer los cuidados domiciliarios, ampliar la oferta de prestaciones para el manejo del dolor crónico y de atención integral para niños, niñas y adolescentes, programa focalizado en aquellos con condi­ción del Espectro Autista, que se suma a la amplia oferta progra­mática con que cuenta la Salud Primaria en la comuna.

¿Por qué buscó especializarse en Bioética?

Con cerca de 40 años de ser­vicio, cambia la perspectiva. Me he ido especializando en huma­nización. Médicos, profesionales de la salud y en determinadas ocasiones, el paciente o su fa­milia, enfrentan dilemas éticos complejos. La Bioética es una disciplina que se asocia princi­palmente a una metodología relacionada a cómo orientar, desde el conocimiento cientí­fico y un análisis de principios éticos, la toma de decisiones en la práctica clínica. Las instancias que constituyen un apoyo a los equipos de salud y usuarios, son los comités de Ética Asistencial. En nuestra comuna, contamos con dos. Formo parte del Comité de Ética en el Cesfam y cola­boro en ese ámbito, con el del Hospital de Santa Cruz.

Son múltiples los dilemas éticos en el ámbito de la salud. Si tuviera que darte un ejemplo, están las decisiones frente a una enfermedad grave terminal o catastrófica. Son muy difíciles. En ocasiones, las personas se sienten solas ante una decisión relacionada con un ser querido o con uno mismo y eso genera angustia. Es posible comunicar por adelantado a los seres que­ridos, lo que uno decidiría en una situación como esa, esto puede aliviar a la familia. En oca­siones, se asume que el paciente no quiere conocer su diagnós­tico, pero no se ha preguntado sobre el tema con antelación. Cualquier decisión, puede apo­yarse en buena información, res­petando el deseo del afectado.

Entiendo que ha recibido reco­nocimientos por su labor en el servicio público.

Me sigue sorprendiendo, nunca me percaté de cómo me veía la gente hasta que me empezaron a entregar recono­cimientos; me da pudor. El pri­mero fue de la Municipalidad de Santa Cruz, como mujer des­tacada en promover la salud de las personas. Después, me en­tregó uno la Asociación Chilena de Municipalidades de la Región de O’Higgins. Luego, el Rotary Club me reconoció como mujer destacada en el servicio público.

También fue emocionante el reconocimiento de la Logia Masónica de Santa Cruz. Me entregaron la medalla honorí­fica Gran Maestro Sótero del Río Gundián, para ciudadanos des­tacados en el servicio a la comu­nidad y tiene un valor gigantesco para mí. Agradezco a las institu­ciones, autoridades y equipos con los que he trabajado.

 

El Hogar de Adultos Mayores San José de la Montaña de Santa Cruz, está ubicado en la calle Nicolás Palacios N.º 103 y su teléfono es: (72) 282 1125.

 

Mary Luz Bozo

 

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