FOTOGRAFÍA CLAUDIA MATURANA N., ARCHIVO GABRIEL GONZÁLEZ G.
habitacional convencional y el diseño modular, transición relacionada directamente con un presente/futuro que obliga a la reducción de los costos y tiempos de construcción, mejora en los niveles de seguridad, reducción del impacto medio ambiental, levantamiento de viviendas personalizables y, por sobre todo, armonización de espacios para un habitar en plenitud. Así es como, antes de iniciar en el campo de la arquitectura modular, González Galaz tuvo la siguiente intuición: “Debemos construir casas que sean transportables, las producimos en una fábrica y luego las distribuimos con diferentes destinos. Así empezamos a construir casas transportables para todo Chile”.
futuro es modular”.
Gabriel González Galaz, natural de Santa Cruz, orgulloso ex alumno del Instituto Regional Federico
Errázuriz (I.R.F.E.), profesional y empresario, es hijo del profesor Gabriel González Ramos, considerado uno de los educadores verdaderamente inspiradores de Colchagua, y quien ha dejado huella en la mayoría de quienes son hoy profesionales en distintas áreas del desarrollo humano e intelectual. Y, desde luego, una marca profunda en este exitoso institutano colchagüino.
Para Gabriel, la historia de Container World tiene su origen en una serie casualidades o maravillosas coincidencias, quizá como marca indeleble del presente de esta ya consolidada empresa. “Estaba con
unos clientes, cerré la puerta y las ventanas, me acerqué murmurando – con una sonrisa, puesto que era para romper el hielo – que lo que estaban por escuchar era un secreto. Les dije que por un momento viajé al futuro 25 años, y éste se encontraba en un 100% convertido en construcción modular. Había hospitales, supermercados, casas, todo modular. Los hice partícipes de ese viaje, fue una muy linda experiencia involucrar a tus clientes en tus ideas y/o proyectos. Les mencioné, además, que al regresar, empecé no sólo a imaginarlo, sino que también a creerlo”. Esto reafirma su convicción de meta y objetivo final. A ello concurre otro hecho significativo: junto a su hijo, miran la película Ready Player One, filme ambientado en un futuro distópico en Ohio 2045, que transcurre en una ciudad totalmente modular. Dos momentos clave para “imaginar” otro mundo, uno marcado por el cambio en las formas de “hacer” arquitectura.
En base a lo anterior, Gabriel se da a la tarea de revisar las estadísticas de la Cámara Chilena de la Construcción, que para 2019 indicaba que alrededor del 5% de las construcciones en Chile eran de carácter modular; mas, en la actualidad, esta cifra ya debería superar los dos dígitos. “Imagínate si esto ocurrió en cinco años, qué ocurrirá en 20 años. La construcción modular y convencional ofrecen similares características, lo que se refleja principalmente en la comodidad, pero las modulares son más económicas, rápidas de construir, en su levantamiento se optimiza en eficiencia energética; se reciclan los sobrantes, los costos son controlados; nuestros clientes vienen, cerramos la venta y no hay excusas como en muchas construcciones tradicionales”, apunta.
No se trata simplemente de un modo vanguardista y eficiente de construcción, sino de un verdadero cambio de paradigma en los modos de operación: Container World se respalda a sí misma como proveedora, estrategia que posibilita la definición de un presupuesto inicial fijo, sin modificaciones posteriores. Es decir, desaparece aquí el viejo fantasma de los sobrecargos y los gastos adicionales emergentes; una visión completamente distinta del negocio de la construcción, proyectando una cadena productiva sostenible en el tiempo y con resultados altamente satisfactorios para los clientes, quienes acaban convirtiéndose en los principales promotores de la marca, en “la primera fuerza de venta”.
CON UN MACIZO PORTAFOLIO DE PROYECTOS EJECUTADOS –Y OTROS EN DESARROLLO– EN LAS DIVERSAS REGIONES DEL PAÍS, CONTAINER WORLD ENTRA AL MERCADO CON UNA CONTUNDENTE Y SOBERBIA OFERTA PARA LOS SECTORES PÚBLICOS Y PRIVADOS.
COMPLEMENTO Y SOPORTE: TURISMO E INSTITUCIONES PÚBLICO-PRIVADAS
Con un macizo portafolio de proyectos ejecutados –y otros en desarrollo– en las diversas regiones del país, Container World entra al mercado con una contundente y soberbia oferta para los
sectores públicos y privados, consolidando una cartera que se amplía y la posiciona como una de las principales marcas del rubro en Chile. Viñas, hoteles, restaurantes y cafeterías reportan viabilidad y confianza en su apuesta al trabajo de esta empresa. Asimismo, instituciones estatales como Carabineros de Chile, Policía de Investigaciones, municipalidades, cesfam, postas y escuelas rurales, adscriben su interés a un catálogo que asegura funcionalidad, acotados tiempos de emplazamientos e instalación, estética y confort, requerimientos exigidos por cada mandante respecto a la finalidad de la infraestructura.
PLAZOS EN LOS TIEMPOS CORRECTOS
Para los proyectos más funcionales (18 m2), Container World cuenta con una casa tipo tiny house, cuya fabricación tarda aproximadamente 45 días. Montajes de mayor envergadura (18 a 36 m2, y más), varía entre 60 y 90 días, lo que corresponde a la salida del módulo de la cadena de producción. Estos tiempos se encuentran limitados básicamente por el detalle y la atención prestadas a la calidad producción y construcción: los módulos se despachan completamente terminados, no dejando nada al cuestionamiento final del consumidor: interiores, exteriores, instalaciones de especialidades, pisos muros, ventanales, muebles, etc. 100% acabados. Finalmente, sólo queda que el cliente lo habite y disfrute de su nuevo hogar. Es importante destacar que el lugar de instalación debe tener los requisitos mínimos sugeridos por la empresa para que puedan conectarlo.
LA COMUNICACIÓN Y EL DIÁLOGO PERMANENTE ENTRE CONSTRUCTOR Y FUTURO HABITANTE SERÁN HERRAMIENTAS FUNDAMENTALES EN LA EDIFICACIÓN.
EL OTRO VALOR AGREGADO: LA COMUNICACIÓN CON EL CLIENTE Y SU SATISFACCIÓN
Para González Galaz uno de los atributos basales de su propuesta consiste en la sinergia que se busca entre constructor y usuario, una suerte de co-construcción del futuro hábitat. En este sentido, la empresa ofrece una visualización previa de los módulos propuestos, con la abierta posibilidad de la intervención del cliente en cuanto a modificaciones y mejoras. Surge aquí la figura propia de la posmodernidad cultural: la del prosumer, aquel consumidor que opera como productor de su propia experiencia simbólica.
En la misma línea, Container World empieza a incorporar decididamente un conjunto de técnicas orientadas a automatizar el funcionamiento de la vivienda, integrando tecnologías avanzadas, gestión energética, bienestar y comunicaciones. Esto es la domótica, herramienta tendiente a la mejora de la calidad de vida de las personas en su entorno habitacional.
“En la práctica, implica la posibilidad, por ejemplo, de programar el aire acondicionado antes de la llegada al hogar o de manejar las luminarias de forma remota. Una verdadera comunicación entre el módulo habitacional y el habitante, aunque se encuentre fuera del hogar”, señala Felipe Madrid, gerente de ventas. Lo anterior constituye, sin duda, una ventaja comparativa considerable en el marco del mercado
de la construcción. “Cuando me preguntan cómo estamos catalogados en relación a nuestra competencia, simplemente respondo que la calidad no tiene competencia, puesto que conforme a nuestros estándares de calidad, certificaciones, memorias de cálculo, y calidad de profesionales que trabajan con nosotros, estamos sobre dimensionados en esta área. Estoy seguro de lo que digo y de lo que hago”, afirma Gabriel.
En su momento, Frank Lloyd Wright, arquitecto, diseñador de interiores, escritor y educador estadounidense, sostuvo que el arquitecto debe ser un profeta, “un profeta en el verdadero sentido del término…Si no puede ver por lo menos diez años hacia adelante, no lo llamen arquitecto”. Pues bien, no cabe duda que la propuesta de Gabriel González Galaz no sólo se adelanta al futuro, sino que lo trae al presente en forma de módulos que acaban siendo el lugar donde “los mortales son en la tierra”. Un imperio, el de Container World, que se expande hasta los límites de la imaginación. Algo más que una empresa: un laboratorio de sueños.