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Los perros abandonados en la ribera del río Tinguiririca

La agrupación Amigos Patitas Chépica nació el 28 de noviembre de 2015, luego de evidenciar el completo abandono de animalitos no tan sólo nuestra comuna, sino también en otras de la provincia de Colchagua. Desde esa fecha, no hemos parado ningún día de rescatar animales: perros, gatos, ovejas y hasta pollitos.

Hace dos meses nos enteramos de un cachorro herido en la ribera del río Tinguiririca, comuna de Placilla. Al ir en su rescate, evidenciaba una grave lesión en una de sus manos, luego de caer en un huache (trampa de alambre utilizada por cazadores para atrapar conejos). Pero, además, nos encontramos con otros 13 perros en total abandono allí mismo.

No podíamos hacernos cargo sólo del cachorro herido, y comenzamos a volver semanal- mente al río para alimentar a todos los animalitos, difundiéndolos en nuestras redes sociales para conseguirles familia y poder sacarlos de la miseria en que se encontraban. Pese a toda la difusión de su historia, jamás nadie se interesó en ellos. El viernes 23 de junio, producto de las fuertes lluvias que afectaron la zona centro sur del país, estuvimos a punto de perderlos a todos. El río creció y cuando fuimos a

su rescate para llevarlos a zona segura, éstos quedaron aislados por inmensas corrientes. Rogamos por ayuda. Llamamos a Bomberos, Carabineros, empresas particulares de rescate, incluso solicitamos los servicios de un helicóptero (por tierra era imposible acercarse), pero no llegó nadie. Todo esto, mientras los veíamos desaparecer frente a nuestros ojos a medida que el río se desbordaba llevando todo a su paso, cortando caminos, anegando casas. Estuvimos durante todo aquel día en el lugar. La lluvia no cesaba y finalmente oscureció. Volvimos a nuestras casas con el corazón roto y frustrados por no haberlos salvado.

Al otro día, partimos nuevamente al río con la esperanza de que los perritos hubieran sido capaces de refugiarse. Al llegar, el torrente había disminuido. Nos metimos al barro y los comenzamos a buscar, encontrándonos con la maravillosa sorpresa de que, aunque mojados, embarrados y en pánico, estaban a salvo cuatro perros adultos y cinco cachorros. También descubrimos a otros dos cachorros que nunca habíamos visto, pero que evidentemente no dejaríamos, y los trasladamos a un hogar temporal, donde se encuentran a salvo y esperando familias definitivas que deseen cambiarles la vida y los hagan olvidar el terrible pasado, sobre todo el trauma vivido.

Lamentablemente, a la fecha, aún no aparecen cuatro cachorros, pero seguiremos recorriendo por unas semanas la zona, pues si la mayoría logró sobrevivir, quizás ellos también esperan que alguien los rescate.

Escribimos esta columna cansados físicamente. Y es que llevamos noches sin dormir, días recorriendo el Tinguiririca, viajando de una comuna a otra, entregándoles cuidados a los perros que pudimos salvar, entre tantos otros quehaceres. Asimismo, muy agotados emocionalmente, pues en estos casi ocho años, nunca vivimos una situación tan angustiante como ésta.

Agradecemos a Revista Peperina permitirnos exponer nuestra experiencia, esperando que las personas que hoy la leen, tomen conciencia y cuiden a sus mas- cotas, no las abandonen y les entreguen la vida que ellos me- recen. Los animales son las criaturas más nobles que existen y darían su vida por salvar la nuestra, entonces ¿por qué no devolver la mano y valorarlos como se merecen?

Agradecemos, además, a Clínica Veterinaria Carranza por atender de manera inmediata a estos perritos que logramos salvar, y ayudarnos cada día con otros miles a lo largo de los años. A cada persona que difundió el caso a través de redes sociales, que ha donado dinero, frazadas, mantitas, ropa de perro, alimento, entre otros artículos que nos ayudan a cubrir las necesidades de estos valientes peludos. Pero, sobre todo, a quienes nos han enviado palabras de apoyo para no decaer en esta interminable labor.

Le enviamos un fuerte abrazo a todas esas agrupaciones de res- cate animal, que hoy, al igual que nosotros, luchan cada día para salvar y darle una segunda oportunidad a la mayor cantidad de animales posibles. El mundo algún día cambiara y será a favor de nuestros hermanos menores.

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