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Radar Extremo, nuevos límites de la viticultura

El sur de Chile continúa pujante en su proceso de expansión vitivinícola, en estos últimos años hemos conocido nuevos proyectos y zonas fundados a partir de la atrevida odisea de plantar vides en lugares extremos. Acá te contamos más detalles.

POR FRANCISCO ZÚÑIGA E.

Para los profesionales de la viticultura no es novedad la creciente presencia de viñedos plantados al sur del territorio, sin embargo, para la mayoría de los consumidores esa barrera limítrofe aún está por fuera del radar de búsqueda.

Desde la llegada de la vid con las primeras expediciones españolas, nuestros límites de producción se concentraron desde el norte de la república, y se prolongaban hasta la provincia de Concepción, Valle de Itata, tal como lo describía Claudio Gay en el siglo XIX. Ese límite se mantuvo intacto hasta principios de los años 90’, cuando el destacado enólogo Felipe de Solminihac comenzó lo que sería la primera plantación en la provincia de Malleco, Región de la Araucanía, dando inicio a una interesante aventura de expansión vitivinícola hasta llegar a la Región de Aysén, incluyendo la Isla de Chiloé.

EL SUR GANA TERRITORIO VITIVINÍCOLA A PASO ÁGIL. CAMBIO DE CLIMA Y OTROS FACTORES HAN IMPULSADO A VARIOS APOSTAR EN ESTAS ZONAS EXTREMAS

A 30 años de esa primera incursión en la Araucanía, aquel territorio hoy cuenta con más de 20 vitivinícolas, con presencia de importantes bodegas y pequeños proyectos, algunos vinos destacados en publicaciones internacionales, y otras propuestas que han logrado consolidarse principalmente con Chardonnay y Pinot Noir. Lo interesante es que en dicha zona aún continúa un proceso de exploración, recientemente pude degustar dos nuevos proyectos, ambos de Chardonnay; el primero -Conguillío, de Viña Allipén-, proveniente del primer viñedo plantado en el Valle de Allipén, comuna de Cunco. Y el segundo -Ilwen, de Viña Aires de Menetúe-, elaborado también del único viñedo plantado en cercanías de Pucón, Valle de Trancura.
El año 2015 quebré ese límite territorial viajando 1.000 kms al sur de Santiago, específicamente a la Región de Los Lagos, a orillas del Lago Tagua-Tagua, para conocer un viñedo muy extremo de Pinot Noir. Esa primera visita me impulsó a seguir visitando viñedos en estos parajes muy distantes de lo que acostumbramos a ver por valles de la zona central.

REGIÓN DE LOS RÍOS

Después del año 2000 comenzaron a despegar los primeros proyectos en Los Ríos, uno de ellos fue en Futrono -a las orillas del Lago Rancoplantado por Viña Casa Silva con excelentes resultados, destacando el Riesling y Sauvignon Blanc; Más al sur -cerca de La Uniónbordeando el Río Bueno, otra iniciativa con vinos de excelencia es Viña Trapi, comandada por el enólogo Rodrigo Romero, elaborando vinos elegantes y con bastante proyección. Hace tres años escuché que alguien había plantado en Valdivia, me sonó a locura ¡Quién plantaría en unos de los lugares más lluviosos de Chile!; Resultó ser verdad, y el año pasado confirmé que efectivamente existía tal viñedo, el que pude visitar y degustar sus primeros ensayos. Se trata de Viña Rebellín, ubicada a 15 km de la ciudad -al borde del Río Cruces-, frente al Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter. Su propietaria es Zita Paredes, ingeniera agrónoma que a sus 70 años decidió plantar 3,5 hectáreas de Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Gris, esta última variedad ha dado buenos resultados; no obstante, todas las dificultades de producir fruta, donde llegar a los grados brix necesarios para obtener más de 11,5% de alcohol es toda un desafío, junto con la amenaza constante de ataques de hongos producto de las lluvias de inicio de otoño. Esta cosecha 2024 será su segunda vendimia, esperando llegar a 1.500 botellas, con la asesoría de la enóloga Josefina Chahín de Viña Kütralkura (Araucanía).
Ya era una tremenda novedad el hermoso viñedo de Zita, rodeado de exuberante bosque y copihues, pero para mi sorpresa, en un segundo viaje, escuchamos de otro viñedo plantado en la costa de Valdivia, se trata de Reserva El Hornillo, proyecto experimental en la zona de Torobayo, (sector de Cervecería Kunstmann). Sus propietarios son el matrimonio de arquitectos Rodrigo Scherson y Alejandra Schueftan. El 2021, motivados por su primo (Diego Campero de Plan Binadores), plantaron 550 plantas de Chardonnay y Pinot Noir, logrando en 2023 fermentar apenas algunos racimos, obteniendo sus primeras tres botellas de 375 cc. Recibimos una muestra de Chardonnay, la que degustamos y ya tenía una marcada identidad producto de la importante influencia costera. En abril estuve en ese viñedo, y en esta segunda cosecha -de mayor cantidad de racimos, todos muy sanos y fermentados hace muy poco-, se lograron cerca de 300 kilos entre ambas variedades.

REGIÓN DE LOS LAGOS

Siguiendo la ruta, Los Lagos también comenzó con las primeras plantaciones por el año 2000, destacando Coteaux de Trumao, de los hermanos Porte, que a orillas del Río Bueno se atrevieron con variedades blancas y tintas. Más al sur y cerca de Osorno, se registran otros proyectos, entre ellos Ribera Pellín, que debutó con espumantes muy bien elaborados y destacó entre sus pares a nivel nacional. Acá nos detenemos con el quizás más reciente proyecto lanzado al mercado, el que también visitamos en 2023, se trata de Casa Klocker Prambs, único viñedo ubicado en la cuenca de Llanquihue, en las cercanías de Frutillar. Claudio Klocker, de profesión geógrafo, estuvo varios años trabajando en el extranjero y, a su regreso a tierras familiares, aprovechó sus conocimientos en geografía para validar que en ese lugar -dada las condiciones de clima y suelopodría desarrollar un proyecto vitivinícola. El 2012 comenzó con las primeras pruebas para finalmente apostar por plantar. La Casa se enfocó en espumantes, sacando al mercado dos vinos: un Rosé Brut mezcla de Pinot Noir y Malbec; y un Blanc de Blanc de Gewürztraminer que muestra una interesante tipicidad.

CHILOÉ

Cruzamos el Canal de Chacao para desembarcar en la mágica Isla de Chiloé, que también está dentro de esta expansión vitivinícola. Todos nos enteramos de viñedos en la isla por cuenta de Viña Montes, que en 2018 un siempre visionario Aurelio Montes comenzó con las primeras plantaciones -de múltiples variedadesen la pequeña isla Mechuque, comuna de Quemchi, la que nos fue imposible visitar producto de las adversas condiciones climáticas que nos impidieron zarpar en lancha desde Tenaún en Dalcahue. La realidad es que un isleño ya en 2006 plantó las primeras parras para hacer pruebas, se trata del ingeniero agrónomo Juan Ignacio Fogliatti, que en su natal Lechagua -a 4 kms del centro de Ancudcomenzó a incursionar en el área motivado ya desde su época universitaria. El 2019 siguió experimentando con más variedades llegando a las 2,5 ha con variedades blancas y tintas de clima frío. Hace unos meses pude degustar una de las primeras vinificaciones de Viña Lechagua, específicamente Riesling, por la que Juan Ignacio apuesta. Pensé que podría ser liviano, pero tenía estructura, volumen en boca, una acidez digna de cualquier alsaciano.

El sur gana territorio vitivinícola a paso ágil. Cambio de clima y otros factores han impulsado a varios apostar en estas zonas extremas, donde los desafíos y riesgos son considerables; existe un gran trabajo por desarrollar en diversos temas, desde nuevas denominaciones, regular la ley para aceptar vinos bajos en alcohol elaborados en lugares que no alcanza a madurar la uva para generar los 11,5% permitidos, más investigación en manejos de viticultura, y por qué no probar con otros tipos de variedades que pudiesen tener más potencial. Por ahora queda seguir pendiente de la evolución de algunos proyectos, y de otros que vienen en camino.

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