El reconocido empresario inmobiliario, creador de las firmas Correa Propiedades y The Farms Chile Company, ha logrado mezclar los negocios, su pasión por el arte y el interés por colaborar en la conservación de monumentos históricos en nuestro país. En una distendida conversación, se refiere a su inicio en los negocios, su visión sobre el escenario económico actual, su vínculo con la pintura y la configuración de su estética basada en lo abstracto.
Por Soledad Correa M. | Fotografía Claudia Maturana N.
La cita fue en su taller de pintura. Llegamos a un iluminado loft en Las Condes, donde nos espera. En los altos muros del lugar cuelgan sus obras, las que evidencian su predilección por el expresionismo y lo geométrico. Hugo nos recibe muy compuesto, con un elegante traje y actitud más bien seria. Dice que no se siente cómodo con las entrevistas, pero de a poco se relaja, suelta su corbata, se quita la chaqueta y prendemos la grabadora.
Nos cuenta que pasa gran parte de sus tardes en este lugar, después de sus actividades diarias que combina entre los negocios, sus hijos y el deporte. Este multifacético hombre, antes de formar sus empresas estudió Agronomía en la Universidad de Chile, pero decide abandonarla para dedicarse de lleno al mercado inmobiliario. Allí comienza el periplo que a diario sigue trazando.
¿Cómo llegas al mundo de la empresa?
Después de dejar la carrera de agronomía, me di cuenta que lo mío eran los negocios. Conseguí trabajo como vendedor de propiedades un par de años, donde aprendí el “tejemaneje” del rubro. Cuando me sentí preparado y seguro, que fue a los 22 años, me independicé y formé mi propia empresa Correa Propiedades, especializada en análisis, gestión y asesoría inmobiliaria, en las áreas Residencial, Comercial, Industrial, Agrícola y Turismo, con oficinas en Nueva York, Buenos Aires y Santiago.
Luego de un tiempo formé The Farms Chile Company, enfocada a la gestión e intermediación de campos. Y hace diez años me embarqué en un proyecto muy interesante de energía eólica, arrendando un campo en el Norte a empresas norteamericanas.
¿Desde tu perspectiva empresarial, cómo visualizas el escenario económico para el 2020?
Pienso que será una continuidad de éste, sin que el país sufra grandes alteraciones económicas, ya que tenemos una economía sana que ayuda a defendernos de las economías débiles de otros países, especialmente de los vecinos. Tengo la certeza que seguirá la inversión interna de las industrias más importantes del país, como la construcción, los proyectos energéticos y las exportaciones, siempre protegiendo a nuestros trabajadores y al empresariado.
“En general pinto sin pensar, dejo que fluya en la tela lo que siento en el momento. En mi obra y en mi espíritu consiente habitan y conviven lo geométrico y lo expresionista en forma más bien abstracta”.
¿Cuál es la clave para lograr tus proyectos?
La clave está en la perseverancia, la constancia, responsabilidad y ponernos objetivos por difíciles que sean hasta lograrlos, entendiendo que llegar a la meta es la consecuencia de hacer las cosas bien.
¿Como parte tu interés por el arte?
Desde niño tuve cercanía con la cultura, recuerdo mi casa desbordada de libros y el sonido de la máquina de escribir de mi padre, Hugo Correa Márquez, escritor de culto reconocido por sus libros de ciencia ficción, quien era un apasionado de las artes. Con mis hermanos, pasábamos tardes enteras junto a él visitando museos, exposiciones y galerías. Pienso que desarrollé el gusto por el arte desde muy temprana edad, y ya de grande me atreví a agarrar un pincel y ponerme a pintar.
¿Qué estilo de pintura te identifica y cuáles son esos artistas que admiras y te inspiran?
De todos modos el Arte Contemporáneo en todas sus expresiones. Dentro de mis favoritos están Jackson Pollock, Marc Rothko, la chilena Matilde Pérez, Vasarely, Rogelio Polessello y Carlos Cruz Diez, todos ellos con un sello propio y técnica insuperables.
¿Cuál es el imaginario recurrente en tu proceso creativo?
El pintar y crear me relajan, logro dejar de lado el stress del día, apago el teléfono, pongo mi música y me desconecto de todo. La inspiración va fluyendo espontáneamente, pero siempre con técnicas abstractas o geométricas.
En general pinto sin pensar, dejo que fluya en la tela lo que siento en el momento. En mi obra y en mi espíritu consiente habitan y conviven lo geométrico y lo expresionista en forma más bien abstracta.
¿Qué materialidades y recursos utilizas para la creación de una obra?
Los recursos que aprovecho para plasmar una obra son el acrílico, pinceles de todo tipo, espátulas, y a veces incorporo el plumón.
Sabemos de tu interés por contribuir a la conservación arquitectónica patrimonial, ¿cómo llegaste a formar parte de la Asociación de Propietarios de Casas Históricas, Jardines y Parques de Chile?
Fui invitado por Cecilia García-Huidobro, directora de la asociación. Me interesó profundamente participar, pues por mi trabajo de propiedades he conocido, a lo largo de los años, muchos barrios con antiguas casonas y edificios de incalculable valor arquitectónico que de a poco han ido desapareciendo.
Estoy de acuerdo con el desarrollo de las ciudades, pero respetando su entorno, historia y patrimonio. Se extrañan muchas fachadas que le daban a los barrios una identidad y encanto especial. En esta asociación podemos contribuir a resguardar para su protección edificios, casas y parques patrimoniales que tanto valor dan a la cultura e historia de Chile.
